Tras el objetivo: Yentl Touboul

2025-08-29

Behind the Lens

Yentl Touboul, un nombre que no se olvida, y con razón. Originario de Guadalupe, en el Caribe francés, Yentl llevó su energía caribeña a la Francia continental y aportó un nuevo ritmo creativo al equipo europeo de skate y surf. Tras comenzar en Desillusion y Wasted Talent Magazine, el talento de Yentl brilló desde el primer momento. Su trabajo conquistó tanto a editores como a deportistas, y esa conexión lo impulsó rápidamente hacia lo más alto del cine europeo y mundial y a recorrer el mundo junto a los nombres más importantes de la industria. Ahora encontrarás a Yentl rodando Republique en París, en una playa de África Occidental, en los fiordos de Islandia, en la costa de Australia y en otros lugares aún más lejanos.

 

En la carretera despliega su ingenio y humor, con esa mirada aguda para captar los detalles irreverentes que definen nuestras culturas. Pero es en la postproducción donde alcanza su máxima expresión: su meticulosidad en el montaje lo distingue radicalmente de sus pares. Los invitamos a descubrir su filmografía.

 

De vacaciones en el suroeste de Francia, nos pusimos en contacto con Yentl para saber más sobre el hombre que se esconde tras el objetivo.

Para los que no te conocen, preséntate.

Me llamo Yentl, soy un fotógrafo y cineasta independiente, afincado en Francia.

 

¿Cómo empezaste en el mundo del cine?

Me inicié en la fotografía gracias al surf: Crecí en Guadalupe, una pequeña isla del Caribe francés, y empecé a surfear de niño, después de que alguien le regalara a mis padres una tabla de surf de los años 80. Me enganché al instante y, en poco tiempo, el surf y las películas de surf se convirtieron en lo único en lo que podía pensar. A los trece años me lesioné y me compré una cámara Mini-DV para grabar a mis amigos y editar pequeños vídeos que subía a Vimeo. Luego llegó la adolescencia, y con ella, mil distracciones… Además, al crecer en una remota isla del Caribe, no existía una verdadera escena artística: conseguir materiales era difícil, encontrar personas que compartieran la misma pasión, todavía más, y vivir de ello parecía un sueño imposible de alcanzar. No fue hasta que me mudé a la Francia continental a los dieciocho años cuando volví a conectar con el cine y la fotografía.  Compré una cámara de 35 mm, una videocámara VHS y volví a grabar a mis amigos y todo lo que me rodeaba.

 

¿Y qué pasó a continuación?

Dos años después, mis prácticas en la revista Desillusion marcaron un antes y un después. Allí conocí a Robin Pailler, entonces editor y cineasta, quien se convertiría en mi mentor y gran amigo. Me prestó su GH4, me enseñó a manejar la Super 8… El equipo seguía una filosofía de autonomía creativa, de crear todo por uno mismo, que me reveló una verdad fundamental: forjar tu propio camino y vivir de esto sin necesidad de pasar por escuelas de cine o fotografía era posible. Comencé a leer mucho sobre equipos, a ver montones de películas, a chuparme horas y horas de tutoriales en YouTube y a aprender todo lo que podía de los distintos creativos que iba conociendo. Al cabo de un año, Desillusion cerró y, poco después, conocí a Alex y Ben, de Wasted Talent, con quienes conecté al instante. Pronto me brindaron mis primeras oportunidades en rodajes profesionales... ¡Un apoyo que jamás podré agradecerles lo suficiente!  Durante una temporada, asumí múltiples roles en la revista: desde fotografía hasta redacción y edición de los ejemplares impresos. Para 2019, ya había consolidado un flujo constante de trabajo tanto con Wasted Talent como por cuenta propia, así que tomé la decisión clave: dedicarme por completo a mi verdadera pasión, la creación cinematográfica y fotográfica, camino que sigo recorriendo hasta hoy.

 

¿Cómo disfrutas de la combinación de fotografía analógica y digital?

Cada formato tiene su finalidad... aunque todos los que me conocen saben que me encanta rodar. Todo me parece más orgánico: desde la forma en que el celuloide capta la luz hasta el diseño de las cámaras analógicas de antaño: la rapidez con la que se pueden cambiar los ajustes girando una rueda, la posibilidad de hacer fotogramas individuales al instante, ver lo que estás fotografiando a través de un cristal en lugar de una pantalla... Me parece muy instintivo de usar. También me gustan las imperfecciones que puedes provocar, o no, en todas las etapas del proceso. Lo mismo ocurre con el VHS, el Hi8, el Mini-DV… Son formatos con los que empecé, y me encanta cómo puedes experimentar y estropear todo si quieres. Por otro lado, las cámaras digitales modernas han mejorado muchísimo: son muy cómodas de usar y, combinadas con los objetivos adecuados, pueden dar resultados magníficos. Sinceramente, me encanta experimentar con todo tipo de formatos; es una de mis áreas favoritas dentro del cine.

Behind the Lens

¿Cuáles son los retos que esto plantea?

Rodar es una aventura en sí misma: viajas a lugares remotos sin poder revisar tu material hasta semanas o meses después. Con el tiempo, desarrollas una relación íntima con el equipo, conoces cada ruido de la cámara, cada peculiaridad de los objetivos y la película. Entre viaje y viaje vas perfeccionando la técnica, pero la magia sigue estando en esos escaneos finales: ese momento de revelación donde lo impredecible se convierte en lo extraordinario.

 

¿Cuáles han sido algunos de tus viajes más memorables?

Sudáfrica con Mikey February para «Good Hope» fue increíble. Sudáfrica es un lugar precioso y tenerles a él y a Alan Van Gysen como guías, asegurándose de que estuviéramos en los sitios adecuados, lo hizo realmente memorable.   Otro viaje que siempre recordaré fue este viaje en carretera por los Balcanes (Eslovenia, Croacia y Bosnia) en 2018. Estábamos filmando un viaje de skate y fotografiando monumentos brutalistas, con los que acabamos haciendo un libro más recientemente. Nos llevó a zonas extremadamente remotas, lo más lejos que se puede estar del surf.

 

Básicamente... ver esas hermosas estructuras en medio de la naturaleza salvaje, sabiendo que probablemente no volvería allí en toda mi vida, fue realmente especial. Reunión e Irlanda para «North Stars» también fueron viajes increíbles en los que todo fluyó de forma natural.

 

 

¿El momento más alucinante que has vivido en un viaje?

¡Demasiados para contar! Pero si hablamos de «North Stars», recuerdo especialmente nuestro último viaje a Irlanda.  Primer día, no había buenas olas... pero nos lanzamos igual a esa izquierda legendaria. Con apenas 3 horas de luz, emprendimos la caminata de 30 minutos por los acantilados hasta el arrecife.  Y entonces, como si el océano nos hubiera estado esperando, las olas empezaron a crecer de repente, cada una más monstruosa que la anterior, mientras la lluvia fría nos azotaba. Ahí estaba yo, cámara en mano, metiéndome en el agua mientras el equipo gritaba advertencias desde las rocas. Durante las siguientes dos horas, Adrien intercambió olas perfectas con bodyboarders locales bajo la lluvia... Esa agua helada, la textura plateada que creaban las gotas al impactar, y la soledad absoluta, sin un alma en kilómetros a la redonda, lo convirtieron en uno de esos momentos surrealistas donde la naturaleza te deja sin aliento.

 

¿Tus lugares favoritos para fotografiar?

He tenido la suerte de visitar muchos lugares increíbles a lo largo de los años, así que es difícil elegir uno solo. Irlanda está sin duda entre mis favoritos. Intento ir al menos una vez al año y nunca me canso: el paisaje es impresionante, la gente es auténtica y hay una energía con la que conecto profundamente. Australia también ocupa un lugar mágico en mi corazón: allí viven grandes amigos que visito cada vez que la vida me lleva por esos lares.

 

¿Tus deportistas favoritos?

Diría que suelo conectar con personas que van más allá del surf o del skate: gente que valora los lugares que visitamos, peña con mentalidad abierta y capaz de ver más allá de esa burbuja egocéntrica que a veces crean las redes sociales.

 

¿Qué importancia tiene el equipo con el que viajas?

Ya sea delante o detrás de la cámara, contar con un buen equipo marca la diferencia. Cuando surgen imprevistos durante el rodaje es fundamental contar con las personas adecuadas para resolver los problemas, mantener la moral alta y asegurarse de que podéis concentraros en la filmación. El cine es un trabajo en equipo, y es muy gratificante sentir que todo el mundo está motivado y trabajando por el mismo objetivo. Al cabo de unos días, a menudo se crea un ambiente familiar. Contar con los colaboradores adecuados puede ser la diferencia entre arrastrar una carga pesada o disfrutar cada paso del proceso creativo.

 

¿Cuáles son algunos de los retos a los que te has enfrentado en el camino?

En estos viajes siempre hay imprevistos: maletas que no llegan, coches que se averían, lesiones, lluvia, nieve, seguridad... Hay muchas variables, pero la principal es, sin duda, las condiciones (olas, viento, mareas, etc.), especialmente en los viajes de surf. Una vez, en Islandia, durante el rodaje de un viaje de Wasted Talent y Vans llamado «Íslensku», todo parecía ir en nuestra contra: empezamos a conducir y, a los quince minutos, uno de nuestros todoterreno se averió. Cuando conseguimos otro, eran las 4 de la tarde (es decir, de noche) y empezamos un viaje de seis horas atravesando una tormenta de nieve durante la cual la funda de la tabla de Seb Smart salió volando del techo. Nunca encontramos las tablas de Seb, y al segundo día, el pobre Koldo se rompió el tobillo.  A partir de ahí, las olas fueron de mal en peor y pasábamos el día entero persiguiéndolas, conduciendo entre seis y ocho horas solo para no pillar nada… Tras unos días, decidimos dejar de buscar olas y empezar a hacer pequeñas entrevistas a gente que conocíamos por el camino, y eso terminó convirtiéndose en la película.

 

¿Cuáles han sido algunas de tus películas favoritas de Vans que has hecho hasta la fecha?

Ha habido bastantes a lo largo de los años... Estoy contento con cómo quedó «Good Hope», con Mikey February. «North Stars» fue una producción propia, pero Vans nos ayudó mucho a poner en marcha el proyecto, así que lo incluyo también, ya que es uno de los que recordaré siempre. Fue mi primer largometraje y el hecho de que lo hiciéramos nosotros solos con Adrien, desde buscar la financiación hasta estrenarlo en todo el mundo tres años después, fue muy gratificante. Fue genial documentar y trabajar con gente tan diversa (surfistas, shapers, músicos, etc.), muchos de los cuales se convirtieron en buenos amigos.

 

 

¿Hay algún cineasta al que admires y que haya inspirado tu trabajo?

Como a mucha gente de mi generación, el trabajo de Kai Neville ha sido una gran inspiración desde el principio. Recuerdo cuando recibí Modern Collective a los quince años y el impacto que tuvo en mí y en mi grupo de amigos: nos mostró una visión alternativa y más artística de lo que podía ser el surf y realmente alimentó mi deseo de grabar y editar. Todas las películas de Globe dirigidas por Joe G (Secret Machine, Year Zero, Strange Rumblings…etc.), junto con las películas de Ryan Thomas (Creepy Fingers, Psychic Migrations, etc.) también tuvieron un gran impacto en mí. Lo mismo ocurre con el trabajo de Greg Hunt, Pontus Alv y Jim Greco. Siempre me han fascinado las películas que reinventan los códigos del cine de surf/skate. Cuanto más evoluciono, más busco inspiración fuera de estos mundos, la verdad sea dicha. Recientemente en Fipadoc, un festival de cine documental, descubrí obras que se convirtieron en mi mayor inspiración en años

 

¿Qué te parece la combinación de skate y surf?

Ambos tienen sus retos. El surf fue mi punto de partida, y siento que lo he practicado tanto y en tantas situaciones distintas, que ahora tiendo a dejar que todo fluya de manera instintiva al buscar ángulos, leer la luz, etc. A veces puede ser muy frustrante y desalentador cuando las condiciones no acompañan, que suele ser lo habitual, pero precisamente eso hace que los momentos en los que todo encaja sean tan especiales. El skate es distinto en muchos aspectos… Primero, ofrece más libertad a la hora de capturar la acción: el surf puede resultar complicado por el elemento agua. Además, la experiencia cambia por completo según el país en el que te encuentres: patinar en distintos puntos de París o Copenhague no es lo mismo que pasar horas recorriendo Los Ángeles en furgoneta. Sin embargo, ambos comparten algo fundamental: yo intento contar siempre una historia, ya sea de manera explícita o implícita, por lo que es clave estar atento y mantener la mente abierta para captar esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

Behind the Lens

¿Filmas algo más aparte de deportes de acción?

Cada vez más, la verdad. No me malinterpretes: como surfista, hay pocas cosas más emocionantes que estar en medio de la nada filmando a alguien haciendo un salto espectacular o cogiendo la ola de su vida. Pero cuanto más avanzo, más me doy cuenta de que lo que me interesa son las historias que hay detrás de la acción. Hay muchos personajes interesantes, temas y áreas que explorar relacionados con el surf, el skate y las subculturas que lo rodean. Estar expuesto a esta visión alternativa de la vida mientras crecía me abrió muchas puertas y despertó muchos otros intereses, ya fuera la música, el arte, la moda, la arquitectura, el diseño... Siento que conectar todos estos puntos es lo que más me motiva. También disfruto mucho trabajando como director y realizador en el ámbito comercial cuando el contexto es el adecuado: es una buena forma de probar cosas nuevas desde el punto de vista técnico y últimamente lo he estado haciendo bastante.

 

¿Cuáles son tus ambiciones?

La ambición es casi una palabra que asusta hoy en día, si te digo la verdad... Con tantas cosas inquietantes y complicadas que pasan en el mundo, me considero extremadamente afortunado de poder ganarme la vida haciendo lo que me gusta hacer, de dedicarme a lo que me apasiona. El cine y la fotografía me han permitido explorar el mundo, descubrir nuevos lugares y culturas, conocer gente distinta… y, al mismo tiempo, aprender más sobre mí mismo. Es un trabajo exigente, sí, pero no cambiaría este camino por nada del mundo. Así que el objetivo es seguir adelante, seguir explorando diferentes áreas del cine y la fotografía, encontrar tiempo para trabajar en proyectos más personales y colaborar con personas inspiradoras por el camino.

Behind the Lens

¿Algún último mensaje para internet?

Un último mensaje... Pues me gustaría darle las gracias a mis padres, a mi novia, a mis amigos y a todos los que han trabajado conmigo a lo largo de los años. Somos muy afortunados de hacer lo que hacemos, así que esperamos poder tenerlo presente en la medida de lo posible y aprender a tolerarnos y querernos unos a otros.

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